Panorama Latino.- Aunque México mantiene estabilidad en indicadores de empleo y baja desocupación, la presencia del trabajo informal revela condiciones estructurales que condicionan el futuro económico del país. Hoy, millones de personas laboran sin acceso a seguridad social ni derechos básicos.
De acuerdo con datos publicados este 26 de agosto por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 54.8 % de la población ocupada se encuentra en condiciones de informalidad laboral, lo que equivale a 32.6 millones de trabajadoras y trabajadores.
La cifra representa un incremento de 398 mil personas respecto al año pasado y confirma que, más allá del crecimiento del empleo, persiste una vulnerabilidad estructural.
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La situación actual del trabajo informal en México
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el segundo trimestre de 2025 la población ocupada en México alcanzó 59.4 millones de personas, lo que significó un aumento de 114 mil trabajadores respecto al mismo periodo del año pasado. La mayor parte de este empleo se concentró en actividades terciarias, como comercio y servicios, que reúnen más del 64 % de la fuerza laboral.
En términos de posiciones, el 69.1 % de la población ocupada se desempeñó como trabajadores subordinados y remunerados, mientras que el 21.6 % trabajó por cuenta propia.
Sin embargo, cerca de 1.9 millones de personas (3.3 %) realizaron labores sin percibir remuneración, una expresión de la precariedad laboral que también se vincula con la expansión del trabajo informal.
Al mismo tiempo, 17.2 millones de personas se encuentran en el sector informal propiamente dicho, es decir, en micronegocios no registrados. Otros 7.7 millones laboran en empresas e instituciones formales, pero sin acceso a prestaciones, lo que muestra que la informalidad atraviesa al sector formal.
A ello se suman 5.5 millones de personas en labores agropecuarias y 2.2 millones en el trabajo doméstico remunerado, sectores históricamente caracterizados por su alta vulnerabilidad.
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Informalidad laboral: una falla estructural del mercado laboral
En este contexto, la organización México, ¿Cómo Vamos? señala que el trabajo informal constituye una de las principales fallas estructurales de la economía mexicana. Más de la mitad de quienes laboran carecen de seguridad social, estabilidad salarial y protección legal.
Asimismo, el fenómeno no se limita a comerciantes ambulantes o pequeños negocios familiares. También incluye a personas empleadas en empresas registradas que no reconocen plenamente sus derechos, así como a jornaleros, trabajadoras domésticas y agricultores de subsistencia. En todos los casos, la consecuencia es la misma: ausencia de prestaciones y vulnerabilidad frente a crisis económicas o emergencias de salud.
El reporte destaca que quienes trabajan en la informalidad perciben en promedio la mitad del ingreso de quienes cuentan con empleo formal. Estos ingresos apenas alcanzan para cubrir 1.5 canastas básicas en zonas urbanas, lo que limita de manera severa la movilidad social y la reducción de la pobreza.
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Implicaciones del crecimiento del trabajo informal
En primer lugar, el aumento del trabajo informal debilita el sistema de seguridad social. Al no aportar a fondos de salud, pensiones o vivienda, millones de trabajadores quedan desprotegidos, lo que incrementa la presión sobre recursos públicos destinados a servicios sociales.
En segundo lugar, la informalidad impacta la productividad nacional. La falta de registro limita el acceso al crédito, a la tecnología y a la capacitación, lo que restringe el crecimiento de micro y pequeñas empresas y perpetúa un ciclo de baja productividad.
En tercer lugar, la informalidad amplía brechas de género y sociales. El 55.2 % de las mujeres ocupadas se encuentran en empleos informales, frente a 54 % de los hombres. Además, el trabajo doméstico remunerado evidencia la desigualdad: 8.6 % de las mujeres dependen de esta actividad, frente a solo 0.5 % de los hombres.
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– ND