El temor de que la automatización en las empresas desplace o acabe con empleos es un temor mal enfocado. Se necesita de ambas cosas, inevitablemente. Por lo cual, las empresas buscan perfiles especializados en inteligencia artificial de acuerdo con un estudio hecho a más de 7,000 líderes empresariales de diferentes países.
Con la llegada de la IA, el talento humano se enfrentará a una transformación. Así lo revela el más reciente de EPAM Systems Inc. From Hype to Impact: How Enterprises Can Unlock Real Business Value with AI.
Según la encuesta realizada a más de 7.300 líderes empresariales, ingenieros y desarrolladores en nueve países, el 43% de las compañías tiene previsto contratar perfiles especializados en inteligencia artificial en 2025, cifra que se eleva al 47% en aquellas consideradas disruptoras. Pero no se trata solo de sumar nuevos talentos, sino de redefinir cómo los equipos existentes se alinean con los objetivos estratégicos de la IA.
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El talento como ventaja competitiva
La inteligencia artificial tiene una paradoja: mientras más potente se vuelve, más dependiente se vuelve de la intervención humana para alcanzar su potencial, porque se necesita de experiencia, pensamiento crítico y comprensión del negocio para contribuir a su desarrollo, implementación, ajuste fino y optimización de sus sistemas. Es por eso que uno de los grandes desafíos para los líderes empresariales es alinear sus equipos,procesos y cultura para aprovechar la IA con verdadera eficacia.
En su reporte, EPAM destaca la importancia de adoptar un enfoque estructurado, donde las empresas prioricen los casos de uso de mayor impacto y evalúen con claridad las habilidades disponibles en sus equipos, para así poder contratar perfiles clave (ingenieros de machine learning o investigadores de IA), así como invertir en el upskilling del talento humano que ya tienen contratado.
La capacitación de los equipos internos no solo es más rentable, sino que fortalece el compromiso y reduce la resistencia al cambio.
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La cultura y la mentalidad también son indispensables
Cuando las empresas logran escalar el uso de la IA es porque cultivan una cultura de «fluidez en IA», es decir, un entorno donde los colaboradores entienden cómo funciona esta tecnología, qué puede y no puede hacer, y cómo utilizarla de forma segura y efectiva. No es tanto de elegir perfiles, sino de adoptar una nueva mentalidad organizacional.
Por supuesto, crear una cultura con estas características implica ir más allá de los recursos técnicos. Se debe fomentar el diálogo abierto, desmitificar el uso de herramientas como la IA generativa y construir confianza en su uso cotidiano. Los equipos deben saber que la IA está allí para potenciar su trabajo, no para reemplazarlos.
La IA agentiva, un concepto de colaboración, no de reemplazo
En el reporte, EPAM destaca el concepto de IA agentiva como un sistema diseñado no para sustituir personas, sino para colaborar con ellas y amplificar su impacto, en donde los empleados dejan de ser simples operadores para convertirse en socios estratégicos de la tecnología.
Cuando se usa la IA agentiva, los equipos obtienen una herramienta para automatizar tareas repetitivas, tomar decisiones con más contexto y liberar tiempo para funciones de alto valor. Así, el capital humano sigue siendo el motor de la transformación.Y si las empresas logran cultivar e integrar esta sinergia entre personas y tecnología, podrán ser las que mejor capitalicen el verdadero valor de la IA.
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