Panorama Latino.- La obesidad infantil se consolidó como la forma más común de malnutrición en el mundo, superando por primera vez al bajo peso. De acuerdo con el más reciente informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), esta condición no solo amenaza la salud de millones de niños, también genera impactos económicos de gran magnitud.
En México, 36.5% de los escolares y 40.4% de los adolescentes presentan sobrepeso u obesidad.
De no corregirse esta tendencia, los costos acumulados alcanzarían 42,000 millones de pesos, equivalentes al 1.1% del PIB nacional.
El informe enfatizó que los productos ultraprocesados y bebidas azucaradas están desplazando a frutas, verduras y proteínas en la dieta de la niñez.
“Los productos ultraprocesados están desplazando cada vez más el consumo de fruta, verdura y proteínas”, declaró Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef.
Además, el reporte recordó que la obesidad no es un problema exclusivo de salud pública. También se traduce en consecuencias económicas de largo plazo, pues se estima que los costos derivados de la obesidad infantil podrían alcanzar hasta 42,000 millones de pesos en México.
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Obesidad infantil, la nueva cara de la malnutrición
De acuerdo con Unicef, la prevalencia de obesidad infantil y adolescente aumentó de 3% en el año 2000 a 9.4% en 2025, mientras que el bajo peso descendió de 13% a 9.2%.
Además, la obesidad ya supera al bajo peso en todas las regiones, excepto en África Subsahariana y Asia Meridional. Esto revela un cambio profundo en los patrones de malnutrición global.
La organización precisó que este cambio en los patrones alimenticios ocurre en un periodo crítico para el desarrollo físico y cognitivo, lo que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas, incluyendo diabetes tipo 2 y padecimientos cardiovasculares.
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Los entornos alimentarios y la publicidad como factores de riesgo
Según el informe, la obesidad infantil no es producto de elecciones individuales, sino de entornos alimentarios dominados por ultraprocesados y bebidas azucaradas. Estos productos se han vuelto más accesibles que los alimentos nutritivos.
Asimismo, la publicidad digital refuerza el problema. Una encuesta mundial mostró que 75% de los jóvenes había visto anuncios de comida rápida y 60% admitió que estos mensajes aumentaron sus ganas de consumirla.
La obesidad infantil aumenta el riesgo de diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Estos padecimientos generan altos costos en los sistemas de salud.
A nivel global, el impacto económico en el sector salud alcanzaría cuatro billones de dólares anuales hacia 2035.
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México, entre los países con mayores prevalencias
La Unicef destacó que la obesidad infantil afecta a todos los niveles socioeconómicos en México y es más grave en hogares con inseguridad alimentaria. Casi 40% de la ingesta calórica de los menores proviene de refrescos y ultraprocesados.
Frente a esta situación, el Gobierno prohibió la venta de productos con alto contenido de azúcares, grasas y sal en escuelas públicas, beneficiando a más de 34 millones de estudiantes.
Acciones urgentes para frenar la obesidad infantil
Unicef llamó a los gobiernos a implementar medidas concretas contra la obesidad infantil, entre ellas:
- Políticas integrales de etiquetado, impuestos y regulación de publicidad.
- Campañas sociales que promuevan el consumo de alimentos saludables.
- Prohibición de venta de ultraprocesados en escuelas.
- Blindaje normativo contra la injerencia de la industria alimentaria.
- Refuerzo de programas sociales que garanticen acceso a alimentos nutritivos.
“La obesidad es un problema cada vez más alarmante que puede tener consecuencias negativas para la salud y el desarrollo de la infancia”, advirtió Catherine Russell.
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– ND