Panorama Latino.- En un mundo donde los productos agrícolas se consolidan como activos de inversión, el emprendedor mexicano Rodrigo Castilla Herrera está marcando un hito. A través de Citrus Patrimonial, su visión ha transformado la forma en que el capital privado puede interactuar con el campo, no mediante la simple compra de tierra, sino a través de una participación estratégica en sus frutos.
Castilla Herrera, vicepresidente de la firma, es la mente detrás de un innovador modelo de inversión que promete democratizar el acceso al sector agrícola. La filosofía de su compañía define el espíritu de un esquema que ofrece rendimientos a mediano y largo plazo, ligando directamente los ingresos del inversionista a la producción y a la exportación de limón.
El impacto del modelo de Rodrigo Castilla Herrera va más allá de las fronteras mexicanas. Recientemente, Citrus Patrimonial ha sido invitado a participar en la feria Organics and Natural, la cual se celebrará en Dubái del 17 al 19 de noviembre dentro del Pabellón de México.
La propuesta de Castilla Herrera es clara: «No vendemos tierra, compartimos la ganancia de la tierra con cada una de las personas que confían en nosotros. Ya exportamos a Japón y Estados Unidos, que hoy absorbe el 98 % del limón mexicano”.
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Citrus Patrimonial: del campo mexicano a los mercados globales
El producto estrella de Citrus Patrimonial son los certificados de plantación, con un valor de 250,000 pesos. Estos certificados otorgan a los inversionistas la posesión de 30 árboles en campos de 1,000 m2 ubicados estratégicamente en el estado de Yucatán. La transparencia es un pilar fundamental del modelo, pues permite al inversionista seguir de cerca todo el ciclo productivo.
A partir del mes 49, la distribución de ingresos en Citrus Patrimonial se vuelve tangible: el 65% de las ganancias generadas por la venta del limón persa se destina al inversionista, mientras que el 35% restante cubre los gastos de operación y mantenimiento. Todo este proceso está respaldado por un fideicomiso que garantiza la transparencia, así como la protección contra la inflación.
Castilla Herrera destaca la solidez del producto elegido: el limón persa. Este cítrico es un cultivo estratégico por su versatilidad, ya que no tiene una temporada única y permite hasta 14 cortes al año, asegurando una fuente continua de producción y rentabilidad.
Gracias a esto, la visión de Rodrigo Castilla Herrera no sólo está revolucionando la inversión agrícola en México, sino que también está proyectando el potencial del campo mexicano en el escenario global, conectando a Yucatán con los mercados más dinámicos del mundo, como Medio Oriente.
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Cifras y futuro prometedor para el limón
El limón persa no es sólo un cítrico más, es un producto con una profunda historia en México, respaldado por cifras impresionantes y un futuro brillante como activo de inversión. México se ha consolidado como uno de los principales productores de limón a nivel mundial, un testimonio de la calidad y abundancia de su agricultura.
En 2023, las exportaciones mexicanas de limón superaron los 822 millones de dólares, de acuerdo con la Secretaría de Economía. Esto muestra un crecimiento constante tanto en valor como en volumen. Este desempeño robusto evidencia la fuerte demanda global por el limón mexicano, un producto reconocido por su calidad y versatilidad.
Más allá de las cifras internacionales, el limón es una parte intrínseca de la vida cotidiana en México. Su disponibilidad durante todo el año lo convierte en un producto confiable, tanto para el consumo doméstico como para el comercio a gran escala. Esta estabilidad y presencia constante en el mercado nacional refuerzan su atractivo como inversión, señala Castilla Herrera, vicepresidente de Citrus Patrimonial.
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