Panorama Latino.- Aunque los choques entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la Reserva Federal no son nuevos, el enfrentamiento ha escalado hasta niveles inéditos.
El reciente intento de destituir a una gobernadora y las críticas directas al presidente de la Fed, Jerome Powell, han encendido un debate sobre la autonomía monetaria y los límites de la autoridad presidencial.
El conflicto actual entre Donald Trump y la Reserva Federal ha abierto un capítulo que revive viejas preguntas sobre la relación entre política monetaria y autonomía institucional.
1. La independencia de la Reserva Federal como eje del conflicto
La Reserva Federal fue diseñada para operar con autonomía, tomando decisiones técnicas, basadas en criterios económicos y no en presiones políticas. Su independencia se considera esencial para mantener estabilidad en la inflación y en los mercados financieros.
Sin embargo, Trump ha cuestionado de manera constante esta autonomía. Desde el inicio de su segundo mandato ha exigido recortes agresivos en las tasas de interés, argumentando que los costos de financiamiento afectan la inversión inmobiliaria, el consumo y el gasto público.
El caso de Lisa Cook, gobernadora de la Fed, se convirtió en detonante. Trump acusó a la funcionaria de irregularidades y ordenó su despido, a pesar de que la legislación protege su mandato por 14 años para evitar destituciones arbitrarias.
Este hecho reciente profundizó la confrontación y abrió un debate sobre el alcance real del poder presidencial.
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2. Las motivaciones económicas de Trump frente a la política de la Reserva Federal
El mandatario considera que las altas tasas de interés han frenado la economía y que la Fed ha sido demasiado restrictiva. En varias ocasiones ha señalado a Powell como un obstáculo para su agenda económica.
Con frases como “Powell se irá muy pronto”, enunciada en junio pasado, Trump dejó claro su interés por sustituir al presidente del banco central y nombrar aliados que respalden una política monetaria más expansiva.
Según analistas consultados por la agencia Reuters, esa visión busca privilegiar el corto plazo con más crecimiento y crédito barato, aunque a costa de reactivar presiones inflacionarias que la Fed ha intentado controlar desde la crisis sanitaria de 2020.
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3. Implicaciones legales y constitucionales para la Reserva Federal
El intento de despido de Cook no solo es político, también plantea un choque jurídico. La ley establece que los miembros de la Reserva Federal solo pueden ser removidos por causas justificadas, como mala conducta o negligencia comprobada. Cook sostiene que Trump carece de fundamento legal y ya ha anunciado que llevará el caso a los tribunales.
Este litigio podría sentar precedentes históricos sobre la independencia del banco central estadounidense. De confirmarse que un presidente puede remover a un gobernador sin justificación, se alteraría un principio básico de la arquitectura institucional nacional.
4. El impacto en los mercados y en la economía global
Los anuncios recientes han generado reacciones inmediatas. Los principales índices bursátiles en Estados Unidos mostraron volatilidad, el dólar se debilitó el martes frente a otras monedas, mientras que los bonos del Tesoro registraron movimientos inusuales en sus rendimientos.
Los inversionistas perciben que la Reserva Federal podría estar sometida a presiones políticas, lo que erosionaría la credibilidad de sus decisiones. Esta incertidumbre no se limita al ámbito doméstico: dado el papel del dólar y de la Fed en el sistema financiero global, la crisis tiene implicaciones para bancos centrales, mercados emergentes y flujos de capital en todo el mundo.
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5. La estrategia política de Trump y el futuro de la Reserva Federal
Finalmente, el conflicto refleja también una estrategia de poder. Trump ha expresado su intención de lograr mayoría en la Junta de Gobernadores de la Fed mediante nombramientos de perfiles cercanos a la Casa Blanca. Esta maniobra le permitiría influir directamente en las decisiones sobre tasas de interés y programas de liquidez.
Los próximos meses serán determinantes, pues la Junta se reunirá en septiembre para definir la política monetaria. El contexto político añade tensión a un proceso que, tradicionalmente, se guiaba solo por consideraciones técnicas.
De lograrse una captura política de la Fed, el equilibrio entre independencia y control presidencial podría redefinir la forma en que se conduce la economía más grande del mundo.
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– ND