Panorama Latino— Por primera vez en la historia, las empresas de autos eléctricos están invirtiendo más en el extranjero que en su propio país. Esta tendencia histórica, impulsada por un mercado interno saturado y una feroz guerra de precios, marca un giro estratégico hacia la expansión global. Sin embargo, en un golpe a sus planes de crecimiento, México se ha quedado fuera de esta ola de inversión, perdiendo la oportunidad de albergar una planta de la gigante BYD debido a la incertidumbre generada por los aranceles de la administración de Donald Trump.
Un informe de la firma de investigación Rhodium Group revela que las empresas chinas de autos eléctricos y sus proveedores invirtieron cerca de 16 mil millones de dólares fuera de sus fronteras el año pasado, superando por primera vez los 15 mil millones de dólares gastados en casa.
- Te invitamos a leer: AlsoThere, un modelo para facturar sin tener oficinas físicas en América Latina
Este cambio, considerado un «giro histórico», refleja un mercado chino saturado y una estrategia de buscar mayores retornos y producciones más localizadas en el exterior.

La expansión global: una estrategia para autos eléctricos de chinos
Las empresas chinas buscan la expansión global para mantener su competitividad.
La prolongada guerra de precios en el mercado local ha reducido los márgenes de ganancia en toda la cadena de suministro, obligando a las compañías a buscar nuevos mercados.
Además, la inversión en el extranjero les permite estar más cerca de sus clientes y reducir los altos costos de transporte.
Los fabricantes de baterías, como CATL, el mayor del mundo, han liderado esta tendencia. En junio, la empresa declaró que la expansión internacional es su «prioridad número uno».
Le siguen otras grandes compañías como Envision Group y Gotion High-Tech.
Marcas de vehículos como BYD ya tienen fábricas en países como Brasil y Tailandia y planean expandirse a Turquía e Indonesia.
Las desventajas de invertir en el extranjero
A pesar de la ambición, la expansión global no está exenta de riesgos. Los proyectos en el extranjero de producción de autos eléctrico son más costosos y tardan más en construirse que en China.
Según Rhodium Group, solo el 25% de los proyectos de manufactura de autos eléctricos anunciados fuera de China han sido terminados, en comparación con una tasa de finalización del 45% a nivel nacional.
- Te invitamos a leer: ¿Qué esperar de la reducción de la jornada laboral?
Esto se debe a los mayores riesgos regulatorios y políticos que enfrentan en el extranjero.
La cancelación de la planta de BYD en México, un destino clave para la inversión extranjera directa, demuestra cómo las políticas de Trump pueden influir en las decisiones de empresas globales.
Esta situación subraya la necesidad de que México fortalezca sus políticas de inversión y proteja sus ventajas competitivas ante las tensiones geopolíticas que reconfiguran el mercado automotriz mundial.

México, una víctima de las tensiones geopolíticas
A pesar de que México se ha posicionado como un destino clave para el nearshoring y la inversión automotriz, la cancelación de la planta de BYD es un golpe significativo.
La decisión de la empresa china, que había explorado varias ubicaciones en el país, se debe directamente a las tensiones geopolíticas y al temor de ser afectada por los aranceles de Trump.
Esta incertidumbre ha hecho que México pierda una inversión crucial en un momento en que el país busca consolidarse como un centro de fabricación de autos eléctricos.
El caso de BYD sigue a la cancelación de la planta de Tesla en Monterrey en 2024, lo que subraya la vulnerabilidad de México a las políticas comerciales de Estados Unidos.
Mientras que otros países, como Brasil y Turquía, se benefician de la inversión china, México se ve en una posición complicada por la guerra comercial entre Washington y Beijing
Síguenos en Instagram: @revistapanoramalatino
Síguenos en Facebook: @PanoramaLatino
– CGP