Panorama Latino.- Juan Francisco Carrasco, director de la marca Mejillón de Chile, ve en México un mercado con gran potencial para este producto marino. La asociación público-privada entre ProChile y Amichile busca impulsar el consumo de mejillones chilenos con una estrategia que complemente la oferta mexicana.
La historia de este esfuerzo comenzó en 2008, cuando la crisis en Europa obligó a los productores chilenos de mejillón a diversificar sus exportaciones. En ese momento, más del 75% del producto se dirigía al viejo continente. La caída en precios y demanda motivó a la industria a crear campañas de promoción en nuevos destinos como:
- Rusia
- Estados Unidos
- Brasil
- China
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El resultado fue una diversificación exitosa: Europa bajó a 45% de participación y mercados como Rusia y Asia multiplicaron varias veces su demanda. Con esa experiencia, ahora el sector miticultor chileno identifica en México una oportunidad estratégica, cuenta Carrasco a Panorama Latino.
“El mercado mexicano registra un alza en importaciones de productos del mar y una clase media en expansión que demanda proteínas seguras, nutritivas y fáciles de preparar”, explica el empresario chileno.
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Mejillones chilenos quieren duplicar sus exportaciones en México
En México existen mejillones locales, principalmente en Baja California, pero la producción resulta limitada y con foco en el producto fresco. Esa condición abre espacio para que el mejillón chileno, congelado con tecnología Rapid Quick Frozen, se posicione como complemento en el consumo y la gastronomía nacional.
En 2024, Chile exportó a México alrededor de 1,000 toneladas de mejillones, equivalentes a 2.5 millones de dólares (mdd). La cifra representa apenas el 1% de sus envíos globales, que superan las 105,000 toneladas anuales.
La meta de la marca Mejillón de Chile es duplicar sus exportaciones hacia el mercado mexicano en el mediano plazo, indica Carrasco. Para lograrlo, alistan campañas de promoción dirigidas a:
- Consumidores finales
- Distribuidores
- Restaurantes
- Hoteles
El plan incluye presencia en redes sociales, acercamientos con el mercado mayorista Nueva Viga y programas de capacitación gastronómica que adapten el mejillón a recetas mexicanas. “La estrategia busca impulsar su consumo cotidiano en los hogares y restaurantes del país”, agrega Carrasco.
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Chile busca potenciar sus mejillones
Al hablar de mejillones chilenos, hay que mencionar que el país produce más de 400,000 toneladas al año, con una inversión industrial cercana a 300 mdd. La industria se organiza en tres etapas:
- Recolección de semillas.
- Engorda en concesiones marinas.
- Procesamiento industrial para congelar y exportar.
El modelo chileno destaca por su inclusión social. Más de 17,000 empleos dependen de la cadena productiva en la Patagonia, donde comunidades locales participan en distintas fases de la miticultura. Además, el Estado chileno regula concesiones para evitar la sobreexplotación del mar.
Carrasco enfatiza que el respeto al mar es la base de la calidad del mejillón chileno. El producto se alimenta de aguas puras provenientes de la Antártida, lo que asegura frescura y valor nutricional sin intervenciones artificiales.
La visión de la marca no se limita a exportar un producto, sino a integrarlo a la cultura gastronómica de México. Con respeto a la cocina local, Mejillón de Chile busca posicionar recetas adaptadas al gusto nacional y consolidar al mejillón como una proteína de confianza y gran valor, asegura el empresario chileno.
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