Por Juan Pacheco del Río* / De la Paz, Costemalle-DFK»
En México, hablar de contraloría no es solo referirse a un mecanismo de control, sino a un motor que impulsa la confianza empresarial (1). Lejos de ser un obstáculo burocrático, una contraloría robusta se convierte en el cimiento que permite crecer de forma ordenada, prevenir riesgos y abrir puertas a la inversión y desarrollo.
Más allá del policía interno
Durante años la contraloría fue vista como un freno, un policía que limitaba decisiones. Ha evolucionado y, en un entorno económico volátil como el de México, contar con controles internos claros permite a las empresas anticipar escenarios, responder con rapidez y generar seguridad entre inversionistas y clientes (2).
Una contraloría interna eficaz no se reduce a revisar facturas o detectar errores contables. Su función es integral: conecta la visión estratégica con la operación diaria, evitando la improvisación, mejorando la gestión del negocio.
Contraloría y confianza
En un país donde la desconfianza hacia las instituciones está presente, las empresas no pueden darse el lujo de replicar esa percepción. Cuando un negocio cuenta con procesos de control internos claros, también envía un mensaje al exterior: “aquí se hacen las cosas bien”.
Ese capital reputacional resulta tan valioso como las utilidades. De hecho, muchas pymes que han adoptado prácticas sólidas de contraloría logran acceder más fácilmente a financiamiento y asociaciones (3).
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Prevenir vs corregir
Los fraudes, desvíos y malas prácticas rara vez estallan de un día para otro, suelen darse en la sombra, aprovechando la ausencia de supervisión.
Aquí la contraloría actúa como un radar. Detecta señales tempranas, indicios. Establece alertas y propone mejoras antes de que los problemas se conviertan en crisis. En un país donde la informalidad y la corrupción son desafíos estructurales, este rol preventivo es vital.
Algunas prácticas clave incluyen (4):
- Revisiones periódicas de procesos sensibles.
- Separación de funciones: quien autoriza no debe ser quien ejecuta.
- Informes claros y accesibles para la dirección.
- Capacitación al personal.
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Contraloría: crecer con orden
México se encuentra en un momento de oportunidades: cadenas de suministro en ajuste ante los aranceles, grandes necesidades estructurales y crecimiento en sectores estratégicos. Sin embargo, estas ventanas solo pueden aprovecharse si las empresas con buena gestión.
Una contraloría robusta no significa rigidez, sino capacidad de crecer con orden. Es como una columna vertebral: invisible pero indispensable para sostener cualquier movimiento.
El desafío para los líderes empresariales es equilibrar la expansión con la necesidad de consolidar procesos. Sin controles, el crecimiento puede ser un espejismo que se derrumba con el primer tropiezo.
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Conclusión
La contraloría interna no es un lujo ni una imposición normativa: es una inversión en gestión, confianza, estabilidad y futuro. En México, donde convivimos entre la incertidumbre y la oportunidad, apostar por una contraloría sólida significa decidir crecer con inteligencia y prevenir riesgos.
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* Juan Pacheco es Socio en la Firma De la Paz, Costemalle-DFK, con experiencia en gestión de negocios y acompañamiento a empresarios con procesos de formalización y crecimiento.
- Consejo Coordinador Empresarial, Guía de Buenas Prácticas, 2024.
- Consejo Coordinador Empresarial, Guía de Buenas Prácticas, 2024.
- Banco Mundial, Doing Business Report, 2024.
- UIF México, Reporte de Prevención de Riesgos, 2022.
12-21. Estudios de casos internos y literatura especializada en control interno (varios autores).
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