Por Luis Torreblanca * / ABB México
La idea de que los edificios inteligentes son «el futuro» ya quedó atrás. La tecnología está aquí, al alcance, y puede adaptarse a todo tipo de espacios: hospitales, oficinas, hoteles o viviendas. Los edificios inteligentes son más que un lujo y hoy tienen más sentido que nunca.
Estos, más que una sofisticación innecesaria, obedecen una evolución natural hacia espacios que responden mejor a las personas y al entorno. Desde mi experiencia, veo cómo el mercado está cambiando y cómo, poco a poco, se rompen viejos paradigmas.
Tecnología que ya está aquí
Cuando hablamos de edificios inteligentes, muchos todavía piensan en soluciones costosas, complejas o reservadas solo para grandes corporativos. La realidad es que la tecnología ha avanzado tanto que hoy contamos con soluciones modulares, escalables y accesibles para todo tipo de proyectos.
Un edificio inteligente es aquel que integra tecnología para automatizar y optimizar funciones como la iluminación, la climatización, el acceso, el consumo eléctrico y hasta la gestión del agua o el gas.
Actualmente ya existen herramientas innovadoras que permiten tener un control total del edificio desde una sola plataforma, con lo que se alcanza, además de confort, la eficiencia operativa.
En la práctica, esto significa que un hospital puede regular la temperatura de cada habitación según las necesidades del paciente, o que un hotel puede gestionar el consumo energético en tiempo real, con lo que evita desperdicios. Por eso, todo esto, que ya es posible hoy, es más que un lujo.
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Edificios inteligentes: espacios que responden a las personas
La automatización no debe verse como frialdad tecnológica. Al contrario: se trata de que los edificios se adapten a las personas y no al revés. Que comprendan patrones de uso, horarios de ocupación, necesidades de confort o seguridad, y que respondan de manera autónoma y eficiente.
Esto impacta positivamente en la experiencia del usuario. Un paciente en un hospital automatizado puede tener mayor control sobre su entorno. Un empleado en una oficina inteligente disfruta de mejores condiciones laborales. Un visitante en un centro comercial automatizado percibe un ambiente más seguro, cómodo y moderno.
Y no se trata solo del confort: también hay beneficios tangibles en costos de mantenimiento, consumo energético y toma de decisiones basada en datos reales.
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Romper paradigmas para avanzar
Uno de los mayores retos que enfrentamos como industria es la resistencia al cambio. Muchos desarrolladores siguen pensando que integrar tecnología inteligente es complejo o costoso.
Pero lo que estamos viendo es un cambio generacional y de mentalidad que está comenzando a transformar el sector para demostrar que los edificios inteligentes son más que un lujo.
Cada vez trabajamos con más equipos de desarrollo que entienden que la automatización no es un gasto, sino una inversión con retorno real. Que entienden que un edificio inteligente se adapta a cualquier escala, presupuesto o necesidad, y que se puede integrar desde etapas tempranas del proyecto o incluso en etapas de retrofit (actualización).
Para asimilar mejor esto, considero importante resaltar algunas características tangibles:
- La tecnología ya está aquí.
- La curva de adopción es cada vez más corta.
- El mercado valora la eficiencia, el confort y la innovación.
- Lograr esta adaptación tecnológica es cada vez más accesible.
- Al ser más que un lujo, los edificios ingeligentes serán la norma.
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Colaborar para transformar con edificios inteligentes
Ningún actor puede hacer este cambio solo. Para impulsar los edificios inteligentes en México, es necesaria la colaboración entre gobierno, iniciativa privada, fabricantes, desarrolladores y usuarios.
De la misma forma son necesarios marcos normativos que impulsen la eficiencia energética y promuevan estándares que favorezcan la tecnología. Algunas ciudades ya están dando pasos importantes, pero falta mucho por hacer a nivel nacional.
En ABB colaboramos con desarrolladores, pero también observamos con interés lo que otras compañías del sector están haciendo para avanzar en la misma dirección. Porque la transición hacia edificios inteligentes es un reto compartido.
Finalmente, decir que los edificios inteligentes sean más que un lujo representa claramente la visión del presente, no del futuro. La tecnología ya está disponible. Lo que falta es información, colaboración y decisión para implementarla. Y si lo hacemos bien, ganamos todos: las personas, las ciudades y el planeta.
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* Luis Torreblanca es Building Segment Manager de ABB
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