Panorama Latino.- El diseño de espacios vive una transformación radical gracias a tecnologías como el modelado 3D, la realidad aumentada y el Internet de las Cosas. Pero en México, este avance no es sólo tendencia, sino una palanca real de productividad, eficiencia y seguridad para los sectores de diseño y construcción.
Según Elena González, experta de la Escuela Superior de Diseño de Barcelona (ESDESIGN), esta nueva era del diseño exige un enfoque integral que combine sensibilidad estética, innovación tecnológica y comprensión profunda del comportamiento humano en los espacios. “Diseñar espacios que comuniquen, que se adapten y respondan a quienes los habitan es el gran reto del presente”, sostiene González.
La transformación no se limita a procesos, también impacta en el capital humano. La Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) señala un aumento del 40 % en la demanda de profesionales con habilidades digitales en la construcción, y un crecimiento del 30 % en la formación de talento especializado entre 2018 y 2022.
Además, los beneficios llegan hasta la seguridad, la AMSPI (Asociación Mexicana de Seguridad) indica que herramientas como IoT y RA han reducido los accidentes en obra en un 25 %. Este dato confirma que las tecnologías inmersivas no solo rediseñan espacios, sino también condiciones laborales y estándares de calidad.
Este contexto también representa un reto para la formación. “En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, formar diseñadores capaces de comprender tanto el lenguaje humano como el algorítmico es una prioridad educativa”, afirman desde ESDESIGN, donde se apuesta por una pedagogía que conjuga creatividad, sensibilidad y herramientas digitales de última generación.
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Tecnología que responde, espacios que evolucionan
Uno de los principales motores de este cambio es el Internet de las Cosas (IoT), que permite la interconexión entre objetos, sistemas y personas. En el ámbito del diseño, esta tecnología facilita desde el control energético inteligente hasta la personalización de ambientes según las necesidades del usuario. Edificios que ajustan su iluminación según la luz solar, oficinas que adaptan la temperatura a la ocupación, o viviendas que aprenden de los hábitos de quienes las habitan, son solo algunos ejemplos de lo que ya es posible.
En paralelo, la introducción de materiales avanzados, como el vidrio electrocrómico, capaz de modificar su transparencia automáticamente, permite integrar la sostenibilidad sin renunciar al confort ni al diseño de vanguardia. Esta tecnología, utilizada ya en fachadas inteligentes y ventanas arquitectónicas, redefine el equilibrio entre privacidad, iluminación natural y eficiencia energética.
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De la visualización 3D al diseño emocional
El diseño digital también ha dado un paso adelante. Con programas como SketchUp y Lumion, los profesionales pueden ofrecer a sus clientes experiencias inmersivas a través de recorridos virtuales hiperrealistas. Esta posibilidad no solo permite validar decisiones en etapas tempranas, sino que fortalece la comunicación entre cliente y diseñador, generando confianza y reduciendo errores en la ejecución.
Asimismo, la realidad aumentada y la realidad virtual se han consolidado como herramientas fundamentales para la toma de decisiones espaciales. Ya es posible, por ejemplo, visualizar cómo quedará un mobiliario en un entorno real antes de adquirirlo, o recorrer museos de manera remota gracias a entornos virtuales inmersivos.
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