La Casa Blanca y la Comisión Europea han logrado un acuerdo que podría redefinir el comercio transatlántico. El presidente Donald Trump y la jefa de la Comisión, Ursula von der Leyen, anunciaron un pacto que impone un arancel fijo del 15% en ambas direcciones para una serie de productos clave. Este movimiento, si bien no elimina las barreras comerciales entre Estados Unidos y Europa, busca un terreno común para evitar una guerra comercial total y sentar las bases para una relación económica más estable.
La declaración conjunta entre Estados Unidos y Europa enfatiza la necesidad de restablecer la estabilidad y la previsibilidad en el comercio y la inversión.
El acuerdo, sin embargo, es asimétrico en sus detalles. Mientras que Estados Unidos se compromete a reducir los aranceles a automóviles, productos farmacéuticos y aeronaves de la UE, el bloque europeo se compromete a realizar compras masivas de productos energéticos y tecnológicos estadounidenses.

Los términos del acuerdo y los sectores afectados
El acuerdo establece una serie de aranceles diferenciados para varios sectores. Por un lado, se mantendrán aranceles bajos o nulos en productos como el corcho, las aeronaves y productos farmacéuticos genéricos.
Por otro lado, la UE se compromete a una serie de compras estratégicas por un valor total de 1.35 billones de dólares hasta 2028. Estas compras se dividen en dos rubros principales:
- Energía: La UE busca adquirir hasta 750,000 millones de dólares en gas natural licuado, petróleo y energía nuclear de Estados Unidos, una medida que fortalece su seguridad energética y la aleja de su dependencia de Rusia.
- Tecnología: El bloque se compromete a comprar al menos 40,000 millones de dólares en chips de inteligencia artificial para sus centros de cómputo, una inversión crucial para la competitividad del bloque.
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Los sectores más afectados por las políticas proteccionistas de Trump han sido, históricamente, el acero y el aluminio, que no están incluidos en este acuerdo y siguen bajo la amenaza de aranceles punitivos.
Este punto de fricción sigue siendo un obstáculo para una normalización total de la relación comercial.
Reconfiguración de cadenas de suministro entre Estados Unidos y Europa
Las políticas comerciales de Trump, que han incluido aranceles a productos europeos, han buscado desacoplar las cadenas de suministro globales y traer la producción de regreso a Estados Unidos.
La Unión Europea ha respondido con sus propios aranceles a productos estadounidenses, como el whisky y el tabaco.
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Este nuevo acuerdo, aunque ambicioso, es el primer paso en un proceso de negociaciones continuas. La presidenta von der Leyen ha declarado que la UE seguirá colaborando con Estados Unidos para identificar más áreas de cooperación y reducir aranceles en otros sectores.
El objetivo final, según la líder europea, es no solo restaurar la relación con Estados Unidos, sino también diversificar las alianzas comerciales internacionales del bloque, como una medida de precaución en un entorno global cada vez más incierto.
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