Panorama Latino— La promesa de Donald Trump de deportar a 15 millones de migrantes se topa con un muro de la realidad. Según un análisis de la investigadora de la UNAM, Luciana Gandini, al ritmo actual de deportaciones, se observa como un fracaso la política migratoria de Trump pues tardaría al menos 50 años en cumplir su meta. A pesar de la retórica política agresiva, las cifras muestran que las deportaciones desde Estados Unidos no han aumentado significativamente, lo que evidencia la ineficacia de las políticas migratorias de mano dura.
Durante el foro «Migración: desplazamiento forzado, diásporas y apoyo universitario» de la UNAM, Gandini señaló que las promesas de Trump de expulsar a 15 o 20 millones de migrantes no se han cumplido.
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A la fecha, solo se han deportado alrededor de 150,000 personas. Este contraste entre el discurso y la realidad subraya las dificultades operativas y logísticas de llevar a cabo una deportación masiva de esta magnitud.

La migración en América Latina: un fenómeno en constante cambio
El análisis de la UNAM destaca una tendencia crucial: la migración en América Latina y el Caribe está en aumento. Entre 2010 y 2024, el número de migrantes internacionales en la región casi se duplicó, pasando de 8 a 18 millones.
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Sorprendentemente, el 85% de esta movilidad ocurre dentro de la propia región, un fenómeno «novedoso» que complejiza el sistema migratorio.
La socióloga Martha Judith Sánchez, también de la UNAM, añade que a nivel global, el número de migrantes ha crecido a 304 millones.
El aumento de las solicitudes de asilo y de los refugiados, que pasaron de 14 a 35.2 millones entre 2000 y 2014, refleja los conflictos y las crisis sociales que impulsan estos movimientos.
En 2024, se estima que casi 9,000 personas fallecieron en las peligrosas rutas migratorias.
El costo de las política migratoria de Trump
La investigadora Luciana Gandini también señaló un fenómeno de «autodeportación», donde migrantes regresan a sus países de origen por miedo, amenazas o frustración, a pesar de los altos costos y riesgos.
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Esto demuestra que la retórica antiinmigrante, más allá de su efectividad en deportaciones masivas, tiene un efecto psicológico en la población migrante.
El investigador Mario Luis Fuentes Alcalá, por su parte, destaca que la migración no es un problema exclusivo de un solo país.
En México, se estima que hay unas 390,000 personas que han sufrido un desplazamiento forzado interno, un 40% de las cuales son población indígena.
La UNAM, a través de plataformas como UNAM, Acción Migrante, está trabajando para ofrecer asistencia y orientación a estas poblaciones, mostrando un compromiso con la defensa de los derechos humanos de las personas migrantes.
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